Discalculia: trastorno del cálculo
La discalculia es un trastorno del aprendizaje que se caracteriza principalmente por una capacidad aritmética significativamente inferior a la esperada a la edad, cociente intelectual y nivel de escolaridad del sujeto que la padece. Podíamos decir, salvando las distancias, que la discalculia es al cálculo, lo que la dislexia es a la lectura. En el ámbito clínico y pedagógico se prefiere usar el término trastorno del cálculo.Desgraciadamente la discalculia es poco conocida y poco diagnosticada, por lo que en ocasiones, no recibe el tratamiento adecuadado.
Características diagnósticas de la discalculia
Según el manual de diagnóstico y estadístico en su 4ª Edición revisada, DSM-IV TR, los criterios diagnósticos de la discalculia son:a) La capacidad aritmética, medida mediante pruebas normalizadas de cálculo o razonamiento matemático, administradas individualmente, son sustancialmente inferiores a las esperadas en sujetos de edad cronológica, cociente de inteligencia y escolaridad concordes con la edad.
b) El trastorno del cálculo interfiere significativamente el rendimiento académico o la vida cotidiana que requieren habilidades para las matemáticas.
c) Si hay un déficit sensorial, las dificultades exceden a las asociadas habitualmente a este déficit.
Puede que en los niños que padecen discalculia aparezcan afectadas otras habilidades como las lingüísticas, por ejemplo para la comprensión o denominación de términos matemáticos, operaciones, conceptos o decodificación de problemas escritos en símbolos matemáticos. Igualmente pueden estar afectadas habilidades perceptivas, de atención y otras habilidades matemáticas.
La discalculia la padecen alrededor del 1 % de los niños en edad escolar, poniéndose de manifiesto durante el segundo y tercer curso de primaria.
Intervención educativa en la discalculia
El tratamiento de la discalculia pasa por la rehabilitación pedagógica tanto de los síntomas diana como de los factores asociados. Estas son algunas de las pautas básicas que se recomiendan seguir:1. Valoración psicopedagógica
La primera medida es realizar una evaluación psicopedagógica encaminada a determinar si efectivamente se cumplen los criterios diagnósticos de discalculia. Además, la valoración está encaminada a conocer el nivel de adquisición de las competencias matemáticas, los puntos fuertes del alumno y los puntos débiles que pudieran estar asociados, por ejemplo, estructuración espacial, compresión lectora, etc.
2. Partir del nivel de competencia matemática
La reeducación pedagógica debe partir del nivel de competencia matemática que tenga el alumno. Puede que un niño que padezca trastorno del cálculo esté en 5º curso, pero si su nivel se sitúa en 3º curso, deberá partir de ahí.
3. Aprendizaje manipulativo
Cualquiera de los aprendizajes que se quieran ir abordando, deberían de partir de actividades de un nivel de abstracción menor, especialmente, de un nivel manipulativo. Más adelante pasar a un nivel gráfico y finalmente abordar los aprendizajes en un nivel abstracto.
4º. Centrarse en los aspectos más básicos
Los aspectos más básicos de las matemáticas y del cálculo deberían ser prioritarios en el tratamiento de los niños que padecen discalculia. Por tanto, los conceptos de cantidad, las operaciones lógicas (correspondencia, clasificación, seriación e inclusión) la numeración, el valor posicional de las cifras, las operaciones aritméticas y la resolución de problemas matemáticos.
5º. Abordar los factores asociados
El tratamiento, por último, debe abordar aquellos factores que puedan estar asociados o contribuir a las dificultades. Principalmente la orientación y estructuración espacial, la comprensión lectora, la decodificación y comprensión de símbolos matemáticos.
¿Se cura la discalculia?
La recuperación de la discalculia depende de diferentes factores. Uno de ellos es el grado de afectación neurológica que pueda estar comprometido. Parece que la discalculia está asociada a disfunciones o daños en algunos casos, en el área parietal.Pero además, la recuperación depende de la precocidad con la que se inicie, la presencia de otras dificultades asociadas y el acierto en el plan de rehabilitación pedagógica.
En cualquier caso, como ocurre con todas las dificultades, en el caso de la discalculia, la estimulación pedagógica siempre produce mejoras y avances en el aprendizaje.
JESUS JARQUE

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